Información sobre la Paz

¿QUÉ ES LA PAZ?

La palabra paz es un concepto equívoco y multidimensional porque se puede usar con muy distintos significados, por este motivo, a lo largo de la historia, se ha descrito de diversas maneras. En muchas culturas, sobre todo en las occidentales, se ha utilizado como sinónimo de orden y seguridad, impuestos por la fuerza, a la sociedad civil.

Si hacemos una descripción de la paz podríamos decir que es una liberación de los individuos de todo aquello que les impide gozar de lo elemental para vivir, generalmente ese impedimento se debe a la violencia directa - guerra ... -, y/o a la violencia estructural - marginación, hambre ...- por tanto, la paz en un sentido positivo supone la justicia y la equidad. Es un proceso social en donde no hay dominio, sino distribución del poder y los recursos.

La paz así entendida, es cooperación. Es un valor dinámico que supone la re-estructuración de las injusticias, los desequilibrios, las violencias producidas por formas institucionalizadas de relacionarnos que violan los derechos de las mayorías en beneficio de unos pocos. Es también, el desarrollo de una conciencia global donde se conocen, se aceptan y valoran las diferencias culturales, sin considerarlas una amenaza.

En nuestra cultura occidental la paz es considerada como un orden social, presupone una organización militar armada que la hace posible. Esta ausencia de conflictos, ha permitido un gran desarrollo técnico y económico pero ha ejercido, al mismo tiempo, un dominio y opresión sobre otros pueblos. Desde este poder político y hegemónico habrá que realizar una reflexión para renunciar al etnocentrismo e ir construyendo una paz mundial, una nueva ética basada en el respeto y promoción de los derechos humanos y en la creación de unas estructuras justas que favorezcan el desarrollo integral desde las personas y para todas/os los habitantes del planeta.

La paz es una meta difícil

La UNESCO, en 1974, describía la paz:

“La paz no puede consistir tan solo en la ausencia de un conflicto armado, sino que supone principalmente un proceso de progreso, de justicia y respeto mutuo entre pueblos, concebido para afirmar la construcción de una sociedad internacional en la que todos puedan hallar su verdadero lugar y disfrutar de su parte de recursos intelectuales y materiales del mundo”




Hoy la paz se presenta como una meta difícil de conseguir ante la actual situación del mundo, y no se entiende, si no está vinculada al desarrollo humano y a la justicia.

“… la paz positiva presupone un nivel reducido de violencia directa y un elevado nivel de justicia…. una regulación no violenta de los conflictos, personales, sociales, político... para construir positivamente la justicia que implica una convivencia analítica, crítica creativa y global…” (Rodríguez Rojo. La Educación para la paz y el interculturalismo como tema transversal. Oikos-tau. Barcelona, 1995.)


La paz, como proceso dinámico que exige igualdad y reciprocidad Jares (1991), [1]además de una necesidad y un deseo, es una realidad que tenemos que construir y necesita de la ciencia, la educación y la cultura[2].



[1] JARES, X; Educación para la paz, su teoría y su práctica. Popular, Madrid, 1991.
[2] TUVILLA, J; Educación en Derechos Humanos: hacia una perspectiva global. Desclèe de Brouwer. Bilbao, 1998.






Concepto de Paz que tiene Occidente

El concepto de paz que tiene Occidente, es el que domina hoy. Su origen podemos situarlo en la concepción que tenían los griegos: eirene como armonía interior y ausencia de guerra; y en la pax romana como defensa y mantenimiento del orden para extender el imperio. En este mundo clásico, se justificaba y legitimaba la esclavitud. Con este modelo socio -económico, no había conexión entre paz-justicia. La paz era un término negativo.

La paz mundial y el desarrollo integral de todo los pueblos son aspectos complementarios del mismo problema a pesar de las manipulaciones y prejuicios, porque tradicionalmente se ha entendido el concepto de paz, tanto en regímenes totalitarios como democráticos unido al concepto de seguridad y de orden impuesto, olvidando que sin una justicia económica y social, sin libertad no se puede hablar de paz positiva, autentica y verdadera.



Manifiesto 2000


La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el año 2000 “Año internacional de la cultura de la paz”, la UNESCO ha divulgado el Manifiesto 2000 redactado por un grupo de Premios Nobel de la Paz.
Los principales puntos del manifiesto son:


  • Respetar todas las vidas

  • Rechazar la violencia

  • Liberar mi generosidad

  • Escuchar para comprender

  • Preservar el Planeta

  • Reinventar la solidaridad

Apostar por la Paz

Si apostar por la paz es apoyar una idea dinámica, una opción activa, un concepto positivo,
crear una cultura de la paz supone modos de actuación en donde los conflictos no se eluden.


Se buscan soluciones no violentas para resolverlos con formas creativas de relacionarse:
  • la atención


  • la escucha


  • el dialogo


  • la autentica comunicación


En resumen, se utilizan las palabras en lugar de las armas.

Argumentos para construir la paz

Los argumentos de todos/as los constructores de la paz, son entre otros:
  • El entendimiento entre los pueblos a pesar de las dificultades
  • No utilizar métodos violentos aunque el orden mundial imponga la fuerza de las armas y unas leyes, sobre todo económicas
  • Organizar a la sociedad civil para reivindicar el derecho de todo ser humano a vivir en paz consigo mismo, con los otros y con la naturaleza
  • Trabajar la cooperación y la ayuda para solucionar conflictos, superando el actual estado de opresión en el que viven muchos seres humanos
  • Demostrar que es posible construir unas fuerzas de la paz al margen de los ejércitos
  • La lucha paciente por el desarrollo integral y pacífico de todos los seres humanos sin tener en cuenta las ideologías, razas, lenguas, religiones... creando métodos para superar odios, intolerancia, xenofobia...
  • Desenmascarar las injusticias, los prejuicios y las actitudes hostiles hacia personas, pueblos, naciones... sin necesidad de recurrir a la violencia para mantener la paz
  • Reconocer que la paz no es posible, es una meta inalcanzable, sin libertad, igualdad y justicia

¿Es el conflicto un término negativo?

A pesar de los muchos estudios sobre el tema de los conflictos humanos[1], quizá por el uso incorrecto del concepto, sigue habiendo prejuicios e ideas incorrectas sobre su significado.

Generalmente se considera como un término negativo para los individuos y peligroso para la sociedad porque se suele utilizar como sinónimo de violencia física. Pero si lo consideramos desde un punto de vista psicosocial, es sinónimo de crisis, es decir de cambio, de crecimiento, tanto de los individuos como de la sociedad. Estos cambios aunque pueden suponer desacuerdos o divergencias, no tienen por que ser malos o buenos, ni una realidad no deseable, el problema radica en cómo queramos solucionarlos.



El conflicto es una forma externa de tensión que tiende al equilibrio, es necesario un consenso, una decisión unitaria, un acuerdo. Es una forma de avanzar hacia los cambios de cualquier grupo social.

Con demasiada frecuencia los métodos para resolver las diferencias -personales, sociales, económicas - suele ser la violencia física, la agresividad, de ahí que se confunda o se equipare violencia-conflicto.

El conflicto, como dice Burnley[2],

“es un modo de comunicación y una parte inevitable de nuestras vidas. Resulta inherente al proceso de cambio dentro de los individuos y en el seno de la sociedad, es un proceso del que todas las personas pueden aprender a abordarlo creativamente”



No son elementos distanciadores, sino que obligan a las partes enfrentadas a trabajar y cooperar juntas en la búsqueda de soluciones. Son procesos naturales en los que el ser humano aborda y descubre la naturaleza del conflicto, analiza y clarifica su percepción y aporta soluciones no violentas.

Lederach[3] afirma, “el conflicto es la interacción de personas con objetivos incompatibles”



[1] Cfr: CIFUENTES, LM; Para educar contra la violencia, IEPALA, Madrid, 1996
[2] BURNLEY, J en Educación para la paz, Morata-MEC, Madrid, 1993, pág 73 y ssgg
[3] Cfr. Educación para la paz. Ymca, 1997 pág 28